En ocasiones el hueso disponible para la colocación del implante es insuficiente, ya sea por falta de altura, de anchura, o de ambos.
En ese caso para solucionar el defecto de hueso, se pueden usar distintas técnicas. El uso de una u otra dependerá de la cantidad hueso necesario, del lugar donde ese hueso sea necesario etc.
Materiales usados en la regeneración ósea:
- Hueso liofilizado (normalmente es de origen bovino): más que convertirse en hueso, lo que permite es que se utilice por el propio hueso del paciente, como andamio, para crecer.
- Hueso autólogo: hueso tomado del propio paciente. Puede ser en pequeñas partículas o tomando un pequeño bloque de hueso, que se fijará al lugar de destino con microtornillos.
- Membrana reabsorbibles, para cubrir los injertos óseos, y evitar su reabsorción, antes de que se haya consolidado la formación del hueso. Son reabsorbidas por nuestro cuerpo en semanas o meses, según su tipo. Suelen ser de colágeno, pero las hay de origen bovino o porcino.
- Relleno del avéolo (hueco que queda en el hueso maxilar tras la extracción de un diente) con hueso liofilizado, para prevenir su atrofia (Foto 1).
- Ensanchamiento del hueso, abriéndolo, ensanchándolo, e introduciendo en su interior hueso liofilizado.
- Regeneración ósea mediante colocación de hueso liofilizado y/o autólogo (tomado del propio paciente), recubiertos por una membrana reabsorbible (Foto 2).
- Injerto en bloque de hueso autólogo, que se toma de alguna zona del cuerpo, normalmente de la mandíbula, y se fija en la zona receptora mediante unos microtornillos que se extraerán unos meses más tarde.