Las apneas y las hipopneas son en la mayoría de los pacientes predominantemente obstructivas, es decir, producidas porque se cierra la vía aérea. También existen las apneas e hipopneas centrales, en las que la ausencia o disminución del paso de aire no se deben a obstrucción de la vía, sino a que el cerebro no da la orden de respirar. Suelen ser debidas a ciertas enfermedades cardiopulmonares. Las apneas centrales son mucho menos frecuentes que las obstructivas, y su tratamiento es distinto.
Consecuencias del SAOS
Cuando se tienen más de 5 apneas o hipopneas por hora de sueño (IAH), se puede tener Síndrome de Apneas Obstructivas del Sueño (SAOS), . Este síndrome si no se trata, puede provocarnos complicaciones graves en nuestra salud.
Cuando tenemos apneas (o hipopneas), nuestro sueño se altera, ya que para salir del estado de apnea, es decir, de ausencia de entrada de aire a nuestros pulmones, nuestro cerebro sale momentáneamente del sueño, para activar nuestra respiración. Estos despertares son inconscientes, pero nos alteran el descanso que el sueño debe proporcionar a nuestro organismo. Por eso podemos tener falta de sueño.
Además las apneas o hipopneas cada noche en número importante nos ponen en riesgo de sufrir lesiones por esta falta de oxigenación repetida. Esto afecta a casi todos los órganos de nuestro cuerpo, pero especialmente al cerebro y al corazón y vasos sanguíneos.
